Era el día de Nochebuena de 2015. Necesitaba empaparme de viento sur, de salitre y de mar durante unas horas y, además me lo había ganado este año.
A última hora de la víspera vi que surfline marcaba entre 3 y 4 metros así que, a pesar de la pereza, decidí madrugar.
A las siete de la mañana ya estaba en marcha con la Nikon de Eduardo y, sorpresa!, el viaje fue mas corto ya que han abierto la variante de Bermeo con unos túneles espectaculares que te ahorran cruzar el centro.
Aparqué en el parking de la Atalaia y lo primero era subir, todavía de noche, arriba a ver que había en la barra.
Estas son horas de sombras, surferos con las capuchas puestas subiendo y bajando, pero había un par de metros y la marea todavía estaba bajando. Viento sur fuerte, pinta bien.
Era tan temprano que ni siquiera estaban abiertos los bares del puerto para tomar una café con leche.
Algunos se ponían el neopreno y otros miraban y valoraban: que si todavía bajando, que si esta desordenado, que si no esta muy bueno, que Mundaka regular es mejor que cualquier otro sitio, … pero todavía muy poca luz para fotos.
Craig Sage, Jon Garai, … llegan Aritz Aranburu e Indar Unanue (just in time), David Bustamante, Mikel Bilbao, Miky Picon, Edu Bartolomé … así que me animo a ir al muelle norte (mi sitio alternativo para hacer fotos desde otro ángulo) y plantar el trípode.
La verdad es que los surfistas bajan al agua como quieren, unos se tiran desde el morro sur, otros bajan las escaleras desde la Atalaia, otros por la rampa (Aritz) y los que aparcan al norte por las escaleras de las rocas.
Según termina de bajar empieza a ordenarse y Mundaka se cobra su precio: unas 5 tablas rotas.
Algunas series de cerca de los tres metros pillan a todo el mundo y hay mucha pelea para conseguir unas olas.
Sale del agua una chavalilla de unos 16 años, Valiente! que me recuerda la primera vez que entré en Mundaka con esa misma edad y con una tabla Santa Marina de 2 quillas, con un invento de cuerda de nylon (de las de tender la ropa) atada a una tobillera de futbolista.
Era septiembre y los surfistas australianos remontaban la ola en el pico, a media altura se daban la vuelta, un par de remadas y a volar! Esto con olas de cerca de 3 metros, hacia 1975, impresionaba mucho a un adolescente que remaba a toda pastilla hacia Izaro.
Este morro norte del puerto es un lugar en el que ves pasar los surfistas remando por debajo, subir y bajar por las rocas y tienes el pico mucho mas cerca que en la Atalaia. Es mi sitio preferido para hacer fotos.
El viento sur empuja el salitre que entra hasta el tuétano, ya voy cargando pilas, y el sol también ayuda.
Llegando al mediodía vuelvo hacia la Atalaia y me cruzo con Manesh Otegi, de Zarautz, y el fotógrafo Javi Muñoz Pacotwo. Charleta informal en el parking con Ibón Garmendia y Edu Bartolomé sobre las saltadas, tema muy calentito!
Pocos fotógrafos, las olas bien aunque no ha sido un día muy tubero y cañero.
Volveremos cinco horas cada mes, en primavera con el longboard. Feliz Navidad!