importancioso

El hombre era nómada antes que agricultor. Siendo agricultor sabía que había algo detrás de esas montañas. Y se hizo viajero. Y conoció mundo. Y volvió a casa y lo celebraron con cerveza. Y les contó su viaje. Pero un imbécil en la tribu no le creía, e inventó la cámara fotográfica. Este blog está relacionado con el cuento: viajes, comer, beber, emprender, relatos, surf y fotografía. Porque ¿de que te sirve viajar al lugar más bonito del mundo si no tienes una foto para callar la boca a ese imbécil?


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Surfista nº 19 | Gari Yosh | South Africa

See english version below.

Esta foto es mi mejor foto de surf que tengo, aunque no se vea ni una ola. Estamos dos surfistas hablando sobre … quien sabe? Pero represanta la vida del surf a principios de los 80s. Una foto que nos hizo Juan Vicinay, con el que fui a Tenerife, con su cámara Nikon y, probablemente, un carrete Kodakchrome con ISO 200. El surfista sudafricano estaba arreglando su tabla y y yo charlaba con él sentado en una piedra.

Probablemente en esos momentos William Finnegan (Premio Pulitzer 2016 con Los años salvajes) estaba viajando por Fiji, Australia o Madeira, buscando olas también.

En esta foto, que la he visto continuamente durante más de 40 años, veo a un surfista sudafricano joven, él tenía 22 años, fuerte y maduro. La imagen refleja serenidad en los dos. No sabíamos que Juan nos estaba haciendo esta foto. Lo de maduro no se si es lo que yo he visto en la foto todos estos años o el recuerdo que tengo de esas semanas que fuimos vecinos. No recuerdo bien aquellas semanas pero si recuerdo que eran una pareja encantadora. Y que era gente buena, seria y tranquila.

Durante estos 40 años siempre he pensado que sería bonito que el tuviera también esta foto. Y he publicado la foto en diferentes ocasiones en mis blogs y en redes sociales. Me encanta esta foto. Esta es la historia de la foto.

En Octubre de 1981 fui a un Campeonato de España de Surf a Playa de Las Américas, en el Sur de Tenerife.

Juan Vicinay y yo fuimos en coche a Cádiz y desde allí en barco a Tenerife. En el barco coincidimos con una pareja, el alemán y ella noruega, y les llevamos en el coche al sur de Tenerife, acampamos cerca de ellos.

Acampamos al borde el mar, entre el Hotel Europe y Los Cristianos. No estaba urbanizado, había algunos viejos chalets que daban a las rocas, al mar. Es lo que ahora se llama la milla de oro y está lleno de centros comerciales y las rocas en los que fregábamos los platos y las sartenes ahora es una estupenda playa artificial protegida de las olas. Esas olas en las que surfeábamos. Ibamos a ducharnos a las duchas de la playita privada del hotel Europe, a las 7 de la mañana.

Allí, en ese campamento coincidimos con una pareja realmente maja. El era sudafricano y ella sueca, muy jovencita, muy tímida y muy guapa.

Yo tenía 23 años, había estado cuatro meses en Londres, cuatro meses muy interesantes fregando platos, limpiando apartamentos en Chelsea Cloisters y aprendiendo inglés … e italiano. También estuve un par de meses trabajando en México, pasando unos días en Puerto Escondido, y estaba preparado para ir a Barcelona al año siguiente a estudiar un MBA de dos años.

Tenía pendiente hacer la mili o librarme de ella, que lo conseguí.

Así que en ese tiempo muerto, me quedaban unas asignaturas para terminar mis estudios, ese «año sabático» pase unas semanas en ese campamento de Tenerife.

Eramos vecinos de esa estupenda pareja. El era surfista y habían recorrido Europa en autostop. Tenían una tienda reforzada con una cabaña hecha a base de hojas de palmera y con refuerzos de rocas.

Creo que el había estado bastante tiempo en la guerra, no se como ni donde. Al cabo de unas 6-8 semanas me quedé sin dinero y volví con Pedro Beraza a Madrid y, de allí, el a Santander y yo a Zarautz. Y no volví a saber nada del surfista sudafricano y de la chica sueca. Ni siquiera recordaba cómo se llamaban. Pero la foto la veía regularmente.

El 5 de marzo publiqué la foto en un grupo de Facebook de surfistas, de todo el mundo, de más de 60 años, «Surfers that still surf over 60». En el post indicaba que en la foto estaba con «un surfista sudafricano». La foto gustó mucho y a los dos días Mikey Meyer escribió:

«The SA fella is Gary Yosh of Jeffreys Bay. I think he relocated to JBay after Canary Islands..Very nice bloke and have known Gary since about 1982…He had a great eye for down the line surfing at Supertubes,vJBay

7 días más tarde el administrador del grupo de Facebook pausó el grupo, no se porque, con un lacónico mensaje: «Sorry I have to pause this group. Go chat somewhere else!» Pero ya Mikey nos había puesto en contacto a Gari y Cristal conmigo, y ya tenían la foto que les gustó mucho. Cristal no aparece en la foto pero probablemente estaría a pocos metros de distancia.

Después de Tenerife fueron a Lanzarote, donde cogieron olas solos,, con otros surfista australiano. De allí fueron a Marruecos y después a Jeffreys Bay, la mejor ola de Sudáfrica, donde tuvieron un Hostel, Cristal Cove, a 5 minutos de Supertubes.

En Jeffreys Bay Miki Dora fue vecino y amigo de la familia Yosh, de hecho en el libro «Todo por un puñado de olas perfectas: Miki Dora el enfant terrible del surf» tanto Gari como Cristal aparecen contando aspectos de como era y cómo vivía Miki Dora. 

La verdad es que estoy muy feliz de haberles contactado y que tengan la foto. La vida te da sorpresas.

English version

This photo is my best surf photo I have, even though not a wave is visible. We are two surfers talking about… who knows? But it represents surf life in the early 80s. A photo that Juan Vicinay took of us, with whom I went to Tenerife, with his Nikon camera and, probably, a Kodakchrome film with ISO 200. The South African surfer was fixing his board and I was chatting with him sitting on a rock.

Probably at that time William Finnegan (2016 Pulitzer Prize winner with The Wild Years) was traveling through Fiji, Australia or Madeira, looking for waves too.

In this photo, which I have seen continuously for over 40 years, I see a young South African surfer, he was 22 years old, strong and mature. The image reflects serenity in both. We did not know that Juan was taking this photo of us. I don’t know if maturity is what I’ve seen in the photo all these years or the memory I have of those weeks we were neighbors. I don’t remember those weeks well but I do remember that they were a lovely couple. And that they were good, serious and calm people.

During these 40 years I have always thought that it would be nice if he also had this photo. And I have published the photo on different occasions on my blogs and on social networks. I love this photo. This is the story of the photo.

In October 1981 I went to a Spanish Surfing Championship in Playa de Las Américas, in the south of Tenerife.

Juan Vicinay and I went by car to Cadiz and from there by boat to Tenerife. On the boat we met a couple, he was German and she Norwegian, and we went to the south of Tenerife.

We camped by the sea, between the Hotel Europe and Los Cristianos. It was not urbanized, there were some old chalets that overlooked the rocks, the sea. It is what is now called the golden mile and is full of shopping centers and the rocks on which we washed the dishes and pans are now a wonderful artificial beach protected from the waves. Those waves we used to surf.

There, in that camp, we met a really nice couple. He was South African and she was Swedish, very young, very shy and very pretty, around 18.

I was 23 years old, I had spent four months in London, four very interesting months washing dishes, cleaning apartments in Chelsea Cloisters and learning English… and Italian. I also spent a couple of months working in Mexico, spending a few days in Puerto Escondido, and was ready to go to Barcelona the following year to study for a two-year MBA.

I had to do the military or get rid of it, which I got.

So in that dead time, I had a few subjects left to finish my studies, that «sabbatical year» I spent a few weeks in that camp in Tenerife.

We were neighbors of that wonderful couple. He was a surfer and they had hitchhiked across Europe. They had a tent reinforced with a hut made of palm fronds and reinforced with rocks.

I think he had been in the war for a long time, I don’t know how or where. After about 6-8 weeks I ran out of money and returned with Pedro Beraza to Madrid and, from there, he to Santander and I to Zarautz. And I never heard from the South African surfer and the Swedish girl. I didn’t even remember their names. But I looked at the photo regularly.

On March 5, I posted the photo to a Facebook group of surfers, from all over the world,» over 60, «Surfers that still surf over 60». In the post, I indicated that in the photo I was with «a South African surfer.» The photo was liked and two days later Mikey Meyer wrote:

«The SA fella is Gary Yosh of Jeffreys Bay..I think he relocated to JBay after Canary Islands..Very nice bloke and have known Gary since about 1982…He had a great eye for down the line surfing at Supertubes,JBay

7 days later the administrator of the Facebook group paused the group, I don’t know why, with a laconic message: «Sorry I have to pause this group. Go chat somewhere else!» But Mikey had already put in contact Gari and Cristal with me, and they already had the photo that they liked a lot. Cristal does not appear in the photo but she would probably be a few meters away.

After Tenerife they went to Lanzarote, where they caught waves alone, with other Australian surfer. From there they went to Morocco and then to Jeffreys Bay, the best wave in South Africa, where they had a Hostel, Cristal Cove, 5 minutes from Supertubes.

In Jeffreys Bay Miki Dora was a neighbor and friend of the Yosh family, in fact in the book «All for a Few Perfect Waves: The Audacious Life and Legend of Rebel Surfer Miki Dora» both, Gari and Cristal, appear telling aspects of what Miki was like and how he lived there during those years.

The truth is that I am very happy to have contacted them and that they have the photo. Life gives you surprises.


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Mi viaje en autostop a Roma en 1970

Corría el verano de 1970 y mi hermano Daniel, el mayor de 8 hermanos, planteó en casa que quién le quería acompañar a Roma en autostop desde Zarauz, Guipúzcoa.

Yo era el quinto de los hermanos, tenía otros tres con prioridad en el medio: lo tenía un poco crudo. Pero los ojos, mis ojos, salían de sus órbitas y el cosquilleo interior era insoportable.

Todo comenzó un año antes. Mi hermano Daniel estudiaba en Pamplona y decidió irse en verano a Londres a aprender inglés. Nos escribió una carta (en esas fechas no había internet, no había móviles y las tarjetas de crédito eran para unos pocos) contándonos su viaje en avión de Bilbao a Londres. Al lado iban unas chicas con unas faldas tan cortas que cuando se levantaban para coger su bolsa del rack una le sujetaba a la otra el bajo de la falda para que no se le viera nada.

Daniel volvió de Londres en autostop por Bélgica y Francia. Entre otros le paró una artista, y su troupe, que hacían performances en las que el se enterraba en un ataúd a varios metros de profundidad con un conducto para respirar. No comment!

Cruzó toda Francia y en alguna ciudad, mientras comía un bocadillo de foigras en la escalera de una iglesia, una anciana le dio un franco francés de limosna.

Allí debió cogerle gusto al autostop, a viajar y a la aventura. Y no se le ocurrió otra cosa que el año siguiente que ir a Roma en Autostop.

El tenía 19 años, … yo tenía 12 y vestía con pantalón corto. Lo tenía crudo.

Yo creo que ni siquiera sabíamos que había 1.800 kms.

Pero a mi la oportunidad de ver el mundo con 12 años me parecía fascinante. El único problema es si Pedro, Ignacio o Javier, los hermanos que se interponían, querrían ir con Daniel o no.

Creo que ni siquiera pensé en que mis padres me pudieran dejar ir o no. Cualquier persona con sentido común sabría que no me dejarían.

Pero con 12 años no debía tener sentido común.

Pedro había estado ya en Roma y la idea de volver, y en autostop, no le traía nada.

Ignacio siempre ha sido el relaciones públicas de la familia y el verano en Zarautz siempre ha sido la mejor época del año. Un viaje a Roma no le iba a alejar de tomar unos vinos durante todo el verano en el pueblo.

Javier tenía una novia estupenda en San Sebastián y lo del autostop no le traía lo suficiente.

Sinceramente no recuerdo que ocurrió y cómo a mis padres, debían de estar bajos de defensas, nos autorizaron a ir a los dos, 19 y 12 años, en autostop a Roma.

Lo cierto es que un día, con el pollo asado que nos preparó mi madre en la mochila, salimos hacia Tarbes con mi amigo Pablo y sus padres: le llevaban a una colonia en Francia.

Los Eizaguirre nos dejaron en un cruce de caminos cerca de Tarbes y comenzamos la aventura. Ese día nos pararon varios coches. Uno de ellos un cura, en un Dyane, que iba a Lourdes.

Llegamos a Toulouse. Comimos el pollo en un parque al borde del rio, cerca de un gran puente. A Daniel no le resultó un lugar seguro para dormir y fuimos con nuestras mochilas y sacos de dormir a un descampado más tranquilo.

Esa noche dormí boca arriba en mi saco mirando las estrellas. Era el universo que tenía por delante, toda la vida que tenía por delante, infinita.

Daniel dormía a un metro de mi. Dormía de costado, mirando una rata grande que le miraba desde unos pocos metros de distancia. Le costó dormir. No me extraña.

Al día siguiente varios coches nos llevaron hacia el Este. Pero los recorridos eran cortos, tardaban en cogernos y Roma parecía estar cada día más lejos.

Daniel decidió volver a España.

El último que nos paró fue un camionero que nos dejó en Perpignan. Nos decía que debíamos poner en el cartel de cartón “Nous sommes espagnols” pues Perpigna había pertenecido a España.

Desde Perpignan cogimos un autobús a Lérida donde Daniel tenía un compañero de estudios que nos permitió dormir en la azotea de su casa.

Al día siguiente fuimos a la Costa Dorada donde mi tío Félix tenía un hotel y disfrutamos de unos días de “dolce vita”.

Volvimos en tren desde Sant Viçens de Calders hasta Donosti de noche. Asía acabó mi viaje a Roma, sin oir nada de italiano en todo el viaje.

La experiencia fue impresionante y me abrió el camino a la vida, al mundo, a los viajes.

Posteriormente he hecho mucho autostop, que me ayudó a abrirme, a vencer mi timidez.

Uno de los mejores viajes en autostop fue acompañado de una Gordon & Smith, mi tabla de surf de 2,17 metros.

Había oído de un surfista australiano que había recorrido todo el Cantábrico y el Atlántico de Portugal con su tabla. Y me dio mucha envidia.

Salí desde Bilbao, Daniel me dejó en la carretera, con la tabla envuelta en el saco de dormir, en la funda, y con un invento de gomas para engancharlo a coches sin bacas.

Me pararon varios coches y, a la altura de Solares, tres chicos y una chica me acogieron en su coche y fui con ellos por al misma ruta del surfista hasta Peniche, en Portugal. Visitamos cantidad de Iglesias góticas, románicas (eran estudiantes de letras).

En Peniche me quedé en el camping mientras ellos seguían hacia Lisboa. Yo esperé las olas pero no llegaron así que cogí un autobús a Lisboa y les esperé en la puerta del Camping de Lisboa hasta que , unas horas después, llegaron.

Después de unos días volví con ellos a Santoña y de allí a casa de Daniel, en Trapagarán. Daniel me dio 1.000 pesetas, con las que pasé una semana en Mundaka, antes de volver a Zarautz.

¡Muchas gracias por todo Daniel!

(Ultimamente he hecho algunos viajes en Bla Bla Car, tanto de conductor como de pasajero, es mucho más cómodo, pero menos emocionante!)

 

un crucero en el puerto de VIgo


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Viajes de trabajo, turismo y fotografía

Siempre me ha causado malestar viajar de Madrid a Sevilla en AVE para una reunión de unas horas y volver corriendo (en taxi) al AVE para volver a Madrid … sin poder pasear ni 20 minutos por la ciudad.

Este año estamos impartiendo cursos de Revenue Management a hoteles en diferentes puntos de la península como Andorra, Jaca, Zaragoza, Pamplona, San Sebastián, Bilbao, Gijón, Santiago, Cáceres, Vigo, Madrid, Burgos, Salamanca y Sevilla.

A veces no tienes tiempo para hacer turismo y otras te fallan las fuerzas pero de vez en cuando se alinean los astros y puedes hacer alguna foto y descubrir algún trozo de ciudad o una experiencia interesante.

Aquí quiero compartir algunas de las fotos hechas durante estos viajes.

un crucero en el puerto de VIgo

Esta es la vista que teníamos desde el Hotel Bahía de Vigo mientras estabamos en el curso. Cuatro cruceros en tres días, una buena experiencia asi que cogimos un barco pequeño para cruzar la bahía.

Vista desde la terraza

La vista desde la terraza del Hotel Andorra Park era estupenda y estaba a cinco minutos a pie del centro de Andorra la Vella.

casa en AndorraSaliendo hacia Francia por el norte de Andorra.

curso de Revenue ManagementDurante el curso de Revenue Management en Andorra.

carnero y ovejaVolviendo de Andorra por el sur de Francia.

Bahía de la ConchaLa Bahía de La Concha, desde el Hotel Monte Igueldo, tiene una vista espectacular!

San Mames, Bilbao, de noche.Ya en casa, nos acercamos a hacer una foto nocturna del estadio de San Mamés.

Parque nacional de MonfragüeEl Salto del Gitano, en el Parque Nacional de Monfragüe, es un lugar donde las aves pasan a pocos meetros de ti.

la ciudad de CaceresNo conocía Cáceres y la sorpresa fue, literalmente, monumental. Qué preciosidad!

Curso en el Hotel Tres Reyes En el hotel Tres Reyes, en Pamplona, durante el curso con hoteleros navarros y guipuzcoanos.

Bailarina callejera en Madrid Mystic woman en Madrid, bailando bajo los chorros, en julio, al pie de las Cuatro Torres.

Haciendo surfA veces da tiempo a coger algunas olas de camino. Algo de tiempo para uno mismo.


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Vuelta al videoclub o ¿seguimos descargando peliculas de internet?

En este país seguimos presumiendo, algunos, de bajar las películas de internet y verlas gratis.

Yo no consigo bajar películas, tampoco me he puesto en serio, y ver una película en una pantalla de 15″ es un poco triste, especialmente con problemas de calidad y de sonido.

En realidad me habían hablado de Intersetelar, maravillas de esta película, pero ya la habían retirado de los cines. Ayer me animé y me acerqué al videoclub (concepto de los 70s y de los 80s denostado en todas las películas). Ya no es lo que era y los DVDs ahora son Sigue leyendo


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Los números de 2014 de mi blog

Los duendes de las estadísticas de WordPress.com prepararon un informe sobre el año 2014 de este blog.

Aquí hay un extracto:

La sala de conciertos de la Ópera de Sydney contiene 2.700 personas. Este blog ha sido visto cerca de 33.000 veces en 2014. Si fuera un concierto en el Sydney Opera House, se se necesitarían alrededor de 12 presentaciones con entradas agotadas para que todos lo vean.

Haz click para ver el reporte completo.


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Chica buena, chico malo

La chica mala de Mango me persigue

La chica mala de Mango me persigue

La chica mala de Mango me persigue. Está en todas partes: en marquesinas, paradas de autobús, en las tiendas de Mango, en Vallas, puede que hasta le haya oído en la radio.

Para que las mujeres compren ropa hay que poner una chica mala en la foto. Supongo que si te vistes como ella te da seguridad al salir a la calle. Eres mala, así que no se van a meter contigo.

Para vender Café, Fortaleza pone la foto de Cantizano con su sonrisa. Para comprar café, ese enervante (salvo que sea descafeinado), hay que poner una sonrisa. Cantizano debe ser ese hijo que todas las madres quieren tener o esa pareja que te da charleta con una sonrisa a la hora del café. Pasar un rato agradable.

La chica mala de Mango no inspira ni charleta, ni siquiera un rato agradable. Eso si, emociones fuertes!

Me intriga la posibilidad de tomar un café con Cantizano y la chica mala de Mango. A ver si ella va a ser la buena y él, el malo!

Ya os contaré.

cantizano fortaleza


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¿Pintxos o tapas?

CARTEL PINTXOS pantalla_traz

En Málaga hay un restaurante en el que te sientas en una mesa y sale un camarero con ocho platos con choquitos (o chopitos) y vocea “choquitos, choquitos” y levantas la mano y te deja una o dos raciones. Luego sale otro con 8 platos de cazón voceando “cazón, cazón” y así sucesivamente. No pides lo que quieres sino lo que pasa volando.

En Sevilla hay bares-ultramarinos en el que el barman, detrás e la minúscula barra, te sirve raciones de las latas que tiene en la estantería detrás suyo: mejillones, anchoas o ventresca. No tiene mucha elaboración.

En Cádiz el “pescaíto frito” se compra Sigue leyendo


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Paraíso de muchos. Deseado por pocos.

Paraíso de muchos. Deseado por pocos.

Eduardo Zulaica

Visitando el paraíso mes a mes.

Deseando que llegue el momento de volver a verla caer, sentirla humedeciendo cada centímetro de piel que me queda al aire, sintiendo como resbala por mi piel a cada segundo, sintiendo lo que muchos odian, cubriendo su cuerpo. Ella es una de las mejores compañías que tengo en este bello lugar. Jamás siento sed, me tranquiliza, y me llena de vida. Cada vez que me largo al más puro infierno, siento la necesidad de que ella venga a buscarme.

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Hoy tuve la mala suerte de no poder sentirte, pero te vi caer como muchas otras veces, pero esta vez, fue mejor. Lo escupiste, escupiste todo aquello que necesitabas limpiar y llenarlos de esperanza. Esa esperanza que nos das, es la que nos alegra en los días mas iluminados.

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Nunca dejes que este paraíso se quede sin tus gotas.

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«La lluvia moja las manchas del…

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Reflejados

Pensamientos (callejeros) frente al espejo.

Eduardo Zulaica

Salgo a las calles, y a cada paso que doy veo un universo paralelo al nuestro, el cual me refleja, tranquilidad y cierta soledad.

A cada paso que doy encuentro lugares en los que a simple vista no se me ocurriría fotografiar, quizá sea por el frío del lugar, pero que al reflejarse en cristales, consigo visualizar como a mi me gustaría que fuesen, con mas vida y no tan sosa de colores tan frescos. Colores que llenan de vida el propio lugar.

REFLEJOS 5

Soñamos e imaginamos otros mundos en nuestros pensamientos, con colores vivos. Con la necesidad de escaparnos del mundo en el que vivimos para relajarnos y tranquilizarnos. Imaginando lugares tan dulces como agrios, paisajes cerrados o totalmente abiertos con hectáreas de tierra a cada paso que damos. Con la intención de olvidarnos de muchos de nuestros problemas.

REFLEJOS 2

«¿Vivimos pegados a mil reflejos, en los que pasamos para peinarnos…

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«Todos los caminos llevan a roma, o no».

«Todos los caminos llevan a roma, o no»..