Baumgartner, con la cámara GoPro en el pecho, listo para dar el salto de su vida!
La literatura del Marketing está repleta de títulos que insisten en la adecuación del producto a las necesidades del cliente, desde mucho antes de Marketing Myopia, de Theodore Levitt en 1960.
Este artículo va de eso, de necesidades del cliente y del producto, en este caso lo que necesitaba Nick Woodman.
Pero antes de explicártelo, si tienes minuto y medio, no te pierdas el video de Jamie O’Brien, por el fotógrafo Vincent Laforet, que es de lo mejorcito que he visto en este deporte. Ponlo a pantalla completa y no te acerques mucho que salpica! Jamie O’Brien Backdoor Switchfoot
Una de mis primeras fotos buenas de surf, a finales de los Setentas.
Pero volvamos a lo nuestro.
En mis 40 años haciendo surf he conseguido unas 40 fotos buenas mías haciendo surf, es decir una por año.
Es tan difícil conseguir una buena foto tuya haciendo surf? Pues no y si.
Hay dos opciones: desde tierra con un buen teleobjetivo o bien desde el agua con una caja estanca para la cámara.
Necesitas una buena cámara reflex (mas de 1.000 euros), un buen objetivo luminoso (un tele de 400mm desde 1.000 euros hasta lo que quieras), una caja estanca para la cámara y un buen fotógrafo (en el segundo caso que además nade muy bien).
Además hace falta que el fotógrafo esté centrado y atento en el mejor momento de tu mejor ola. Y eso en un buen día de surf, con olas buenas y viento adecuado. No es fácil.
Nick Woodman con su padre y su furgoneta .
Nick Woodman es un surfista californiano que hacía un “surfari” por Australia, con dos amigos en una furgoneta. Estaba cogiendo buenas olas y quería llevarse un buen recuerdo de allí, además de las olas: unas fotos haciendo surf. No había manera de conseguirlo, o salían movidas o demasiado lejos. Y tampoco quería depender de otros para que le hicieran las fotos. De ahí vino la idea.
La idea era sujetar una cámara sumergible a la tabla y que le hiciera las fotos.
Se trataba de hacerse el mismo las fotos desde el agua y necesitaba hacer unos “ajustes” a la tecnología existente.
Lo primero el tamaño y el peso. Una cámara réflex y un objetivo pesan unos 4kgs, una tabla de surf unos 4kgs. Descompensaría totalmente el equilibrio, dinámico, de la tabla. Primera Necesidad: cámara ligera y pequeña.
Una cámara reflex, además de pesada y grande, es cara y compleja para lo que quería Woodman.
Lo segundo, entre las olas, y en el momento de coger una ola, no se puede ajustar apertura, velocidad, enfoque, etc. Segunda Necesidad: sencillez de uso y que la máquina lo haga sóla. Una cámara réflex, la Nikon D90, tiene 55 puntos de interacción: demasiado complicado.
La Tercera Necesidad, la carcasa estanca que aguantara los golpes de las olas.
La Cuarta Necesidad, fijarla a la tabla fuertemente y …
… la Quinta Necesidad, que fuera barata.
Y las fue resolviendo.
Para sacar una foto de cuerpo entero a un surfista de pie a 1 metro de distancia necesita un objetivo fijo, gran angular (casi un ojo de pez) con la apertura ajustada para enfocar desde 10cms hasta el horizonte. Un objetivo sencillo y económico.
La cámara GoPro con algunos accesorios y colocada en el extremo de la tabla.
La cámara no necesita una pantalla ni un visor, ¿para que? Si él iba a estar delante del objetivo, no detrás de la cámara.
Si necesitaba un programa que le permitiera varios modos de foto, y de video, que se programaran en la playa y se seleccionaran el el agua. (El que utilizo yo es el de una foto cada 2 segundos, alguna saldrá bien!). Un programa sencillo y barato.
Con un par de botones basta, uno para on/off y el otro para seleccionar el modo. Y una pantallita monocroma para saber en que programa estás.
La caja estanca en plástico transparente con un cierre tan sencillo y estúpido (o inteligente) como el cierre de las botellas antiguas de la Casera.
Y para engancharla en la tabla, para que inventar? Ya existía el sistema de enganchar las quillas a las tablas, pues se utilizaría el mismo!
Y todo eso por un precio inferior a los 300 euros!
La necesidad del surfista ya estaba resuelta, pero … no había otros deportistas o profesionales que necesitaban lo mismo? Los escaladores, ciclistas, conductores, voladores de parapente o de ala delta, pilotos, navegantes, motoristas, espeleólogos, …
Y puedes conseguir la foto que siempre has deseado: a punto de ser tragado por el tubo y con Mundaka al fondo. La foto que ni siquiera habrías imaginado!
Lo único que necesitaba era una serie de accesorios para adaptar la cámara al manillar, al casco, al coche, al barco… a donde fuera. Con unos accesorios de entre 5 y 25 euros multiplica el mercado por 100, por 1.000?
Y así nació la GoPro, con la que te puedes hacer fotos que ni siquiera podías imaginar.
Nick Woodman llevó sus ideas al límite, el peso mínimo, el tamaño mínimo, la cámara al extremo de la tabla, el precio mínimo y la sencillez, la máxima. Innovó al límite con la idea de la sencillez en la cabeza y pensando en el cliente (él mismo).
Y hace un par de días Felix Baumgartner llegó a los límites, subió hasta los 39.000 metros de altura y se dejó caer, con una GoPro en el pecho.
Y llegaron los dos enteros al suelo.
Lo que digo, un video que ni si quiera nos podíamos imaginar.
¿Puedes aplicar esta filosofía, El Espíritu GoPro, en tu empresa, en tus productos/servicios, … en tu vida?
Probablemente Woodman se inspiró en objetos cotidianos para realizar su sueño.
importancioso 
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